
¿Podría mi mente de tenis de mesa ser el resultado de crecer en un ambiente tradicional indio y mezclarme con la educación occidental?
Contenido del Articulo
A nivel macro
Observar la evolución de la búsqueda de conocimiento y la toma de decisiones desde una perspectiva cultural revela algunos hallazgos convincentes sobre el supuesto conflicto entre el método científico y la intuición. Fulvio Mazzocchi en su artículo ofrece una breve descripción de las diferencias innatas entre los dos:
- La ciencia occidental, profundamente arraigada tanto en la filosofía de la Antigua Grecia como en el Renacimiento, tiene fama de ser “fríamente objetiva”. El conocimiento tradicional es inseparable de la emoción y ha desarrollado un concepto del medio ambiente que enfatiza la compleja naturaleza simbiótica del hombre y la naturaleza.
- La ciencia occidental favorece los métodos analíticos y reduccionistas sobre las visiones más intuitivas y holísticas que a menudo se encuentran en el conocimiento tradicional.
- La ciencia occidental es positivista y materialista en contraste con el conocimiento tradicional, que es espiritual y no distingue entre lo empírico y lo sagrado.
- La ciencia occidental es objetiva y cuantitativa, en contraste con el conocimiento tradicional, que es mayormente subjetivo y cualitativo.
- La ciencia occidental se basa en la transmisión académica y alfabetizada, mientras que el conocimiento tradicional a menudo se transmite oralmente de una generación a la siguiente.
- La ciencia occidental aísla sus objetos de investigación de su contexto de vida colocándolos en un entorno experimental simplificado y controlado, lo que también significa que los científicos se separan de la naturaleza, objeto de su investigación. Por el contrario, los conocimientos tradicionales siempre dependen del contexto y las condiciones locales específicas.
- Además, los sistemas de conocimientos tradicionales interpretan la realidad no sobre la base de un concepto lineal de causa y efecto, sino como un mundo compuesto por ciclos multidimensionales en constante evolución, en el que todos los elementos forman parte de una intrincada y compleja red de interacciones.
A nivel micro
Pienso, luego existo “Pienso, luego existo”, la famosa afirmación de René Descartes se convirtió en un elemento fundamental de la filosofía occidental. Descartes argumentó que el mismo acto de dudar de la propia existencia servía, al menos, como prueba de la realidad de la propia mente.
Sin embargo, el cerebro y sus funciones en forma de pensamiento se han considerado durante mucho tiempo como la última frontera de la ciencia moderna. “La comprensión de los principios básicos del pensamiento y la función cerebral es mucho más desconocida que conocida”, dijo Michael Tarr, codirector del Carnegie Mellon Center for the Neural Foundations of Cognition.
Las sociedades orientales, por otro lado, no ponen mucho énfasis en el cerebro y el pensamiento como base de la experiencia humana. La literatura yóguica hace una clara distinción entre inteligencia (lógica y razonamiento) e inteligencia (conciencia pura, no vigilancia o vigilia) y señala que la mente humana tiene 16 dimensiones. Estas 16 dimensiones se dividen en cuatro categorías clave:
- Buddhi – inteligencia o la dimensión lógica de la mente que funciona refiriéndose a la memoria almacenada en el cerebro. El intelecto conoce, toma decisiones, discierne y juzga.
- Manas – un enorme depósito de memoria que existe en cada célula del cuerpo y recopila impresiones de los órganos periféricos.
- Ahankara – ego; establece límites y crea un sentido de identidad. Cuando un ahankara adquiere una identidad, el intelecto solo funciona en ese contexto.
- Chitta – la dimensión más sutil de la mente, que funciona sin ningún recuerdo y simplemente existe como una mente pura.
Desafortunadamente, los sistemas educativos modernos y las ciencias modernas están en gran parte limitados por la función del intelecto. El uso excesivo de una función, como cualquier otro sistema complejo, provoca estrés al sistema…
La literatura yóguica también define la intuición y el pensamiento lógico como una función de la memoria. Esta intuición es un proceso más rápido que omite muchos de los pasos necesarios para el pensamiento lógico (acumular datos, analizar datos y proyectar datos analizados). Procesa una cantidad fenomenal de datos que, sin embargo, desconocemos. Por ejemplo: un proceso fisiológico simple y al mismo tiempo complejo de caminar.
El mismo estudio de Joel Pearson en 2016 proporciona evidencia convincente de que la intuición es de hecho una función de algoritmos bioquímicos complejos que pueden cuantificarse.
La verdad aleccionadora es que cualquier cosa que funcione desde la memoria, ya sea inteligencia o intuición, puede superar y superará la potencia informática de vanguardia. Sin embargo, son las dimensiones ms sutiles de la mente en forma de mente pura las que es siempre para distinguir la experiencia humana de las máquinas.
Como profesionales de UX y tomadores de decisiones, es importante tener en cuenta que la experiencia del usuario es inseparable de la experiencia humana más amplia, y el uso de la intuición científica se vuelve extremadamente importante a medida que navegamos por el mundo complejo y en evolución que nos rodea.